domingo, 30 de agosto de 2009

Inversión y plantación

La vergüenza puede ser más peligrosa que Amy Winehouse en una licorería. Yo entiendo que bajarse los pantalones y abrirse de piernas delante de un desconocido no es de las mejores experiencias que uno pueda tener, pero si esa cara amigable lleva una bata y un título universitario es la única que realmente podrá ayudaros con ciertos problemas. Que yo estoy encantada de contestaros a todos, pero creo que para ciertas contrariedades la mejor ventanilla es la de la recepción de urgencias.
Gustavo está agobiadísimo, y no sólo porque es padre primerizo: “Mi mujer se está poniendo del revés. Sí, sí. Resulta que desde que le comenzaron a crecer las tetas por el embarazo, sus pezones se han ido ocultando cada vez más y más. Parecía que la cosa mejoró un poco cuando el chiquillo mamaba cada dos horas. Ahora tiene siete meses y ya toma biberón. Yo no he podido recuperar el mío porque a mi mujer le han vuelto a desaparecer los pezones, reaccionan igual que las antenas de un caracol. ¿Le volverán a salir?”. ¿Has probado a echarles agua…? Tras la coña te diré que debéis acudir a vuestro gine hoy mismo. La inversión del pezón es tratable, y su causa, que en este caso no es congénita, suele encontrarse en haber padecido mastitis, un cáncer de mama y otras enfermedades.
Lo de Ginés tiene peor aspecto pero fácil solución: “Hace ocho días me huele fatal, y creo que es por una especie de moquillo blanco que tengo en el glande. Además me han salido como unas manchitas rojas y parece que la piel se me esté cuarteando. No me pica ni me duele, aunque mi novia se queja mucho últimamente de que le quema la vagina cuando lo hacemos. Tal vez si me lavaba un poco más…”. Y mejor. Pero no, no es suficiente. Eso tiene pinta de súper colonia de hongos que no sólo cultivas tú sino que se los has plantado a tu chica. Plántate con ella en el centro de salud ya mismo.

Imagen: www.flickr.com

Cartas:
sexoalsol@hotmail.com

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