domingo, 30 de agosto de 2009

Lluvia de colores

La mayoría de lectores sabe en qué tipo de acto sexual consiste la ‘lluvia dorada’, aunque sólo sea por la ochentera ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’. A muchas personas les excita que les orinen o bien orinar mientras mantienen relaciones sexuales. Bien, para aquellos de ustedes a los que esta práctica les dé un poco de cosita, les recomiendo que se agarren bien a la silla, porque hay otras maneras de alcanzar el culmen de la excitación aún más difíciles de entender aunque no por ello menos placenteras, como nos descubre Abelardo en su sincero correo: “Es algo que me pone muchísimo desde joven. Al principio lo reservaba para mis sesiones en solitario, pues aunque nunca me he sentido mal por hacerlo, sí es cierto que no es demasiado fácil lograr que otra persona lo entienda y aún más que lo comparta. Como decía, me ponía mucho masturbarme mientras defecaba, hasta el punto de que si no lo incluía en el menú no lograba llegar al orgasmo. Soy un tipo culto, con un trabajo que me proporciona una posición más que cómoda y con una vida sexual sana, como digo.
Cuando le planteé a mi primera novia la posibilidad de que me dejara entrar al baño mientras ella defecaba, ésta me miró como si quisiera violar a su gato. Me dejó tras pillarme oliendo sus restos orgánicos mientras me hacía una paja. Detrás de ella llegaron otras chicas, todas ellas guapísimas, muy deseables... pero casi ninguna quiso acceder a defecar sobre mí. Y las que lo hicieron no aguantaron más de dos sesiones. Tengo cincuenta años y sigo sin encontrar una compañera duradera por este motivo, pero no por eso voy a renunciar a mis placeres, aunque sí que desearía no depender tanto de las heces”. Las parafilias que practica Abelardo están clasificadas como chezolagnia, cuando es en solitario, y coprofilia cuando se trata de una ‘lluvia marrón’. Podrías probar con un terapeuta sexual o un psiquiatra, pero esos son tus placeres, nada de malo hay en disfrutarlos.

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