martes, 9 de agosto de 2011

Precoces

Es el trastorno más extendido entre los varones y, sin embargo, sigue existiendo una cantidad de peligrosas mentiras respecto a qué provoca, sobre quiénes y cómo curar la eyaculación precoz. Para que vean que no miento, les presento a David, un muchacho que no llega a los treinta ni tampoco erecto a la vagina de sus parejas (nunca repite con la misma por vergüenza, la mayoría de las veces, y las que quedan por rechazo de la compañera,).

Es comprensible que el zagalillo ande un tanto desesperado ante su bajo umbral eyaculatorio, y ya se sabe, esto lleva fácilmente a soluciones tan desesperadas como alocadas. “He probado cantidad de técnicas pero ninguna ha funcionado. Empecé pensando en cosas tan poco eróticas como las calcetas de mi abuela y los pechos de mi tía Manola, quien ni a sus ochenta y tres años se le quita la manía de pasear en topless por la playa. Luego me pasé al vodka, los canutos y los antidepresivos, que me quitaron tanto la eyaculación como la erección. Así que ahora me he pasado a una cremita que me doy en la punta del asunto que me insensibiliza por completo la zona, porque es anestésica; tampoco resulta, sigo disparándome nada más empezar, sólo que ahora ni me entero. Es una verdadera jodienda, aunque no de las que yo necesito. ¿Esto se me quitará con las canas?”.

Nunca me he cruzado con un eyaculador precoz, pero los expertos aseguran que todos los hombres la sufren en algún momento de su vida. Y es que nada tiene que ver con la edad, sino más bien (en un alto porcentaje) con el coco. Por lo visto eyacular es como el mear, quiero decir que es un acto que se puede controlar, con lo que un poco de práctica y menos estrés-ansiedad-angustia y demás problemas mente-pensantes la suprime.

Me cuentan algunos colegas diversas técnicas para mantener la erección y atrasar la eyaculación, válidas tanto para los que disparan demasiado rápido como para aquellos que lo quieren hacer aún más lento. Nos centraremos en el ‘parar y continuar’, o sea, te haces una pajilla y en cuanto se te ponga erecta paras hasta bajar bandera y vuelves a empezar. Cuanto más practiques mejor, sin desesperarte, en positivo, alegría, alegría.

Publicado en La Opinión de Murcia el 6 de agosto de 2011

No hay comentarios: