Una de las pesadillas de contenido sexual más comunes y temidas entre los hombres es aquella en la que se ven a sí mismos practicando el divertido juego del amor con otro ser varonil de su especie. Eso les perturba una barbaridad, lean y comprenderán: “Me llamo Santiago y ya te digo que no soy gay. Aún así, ayer estuve toda la puñetera noche soñando que me f... a mi compañero de piso y amigo de siempre. Era como súper real, las sensaciones, las caricias, incluso... eso... la penetración. Tanto es así que me he levantado con un dolor en el ciego... Tengo novia, está buenísima, nuestro sexo brutal, ¿por qué he tenido que verme de esa manera con mi compañero?”. Ahora es cuando de verdad empieza el problema: “Como no sabía qué hacer y no podía esperar a escribir este correo y recibir la respuesta, se lo he contado a Pepo, mi compañero de sueño. Lo he hecho con tono de cachondeo, como quitándole importancia. Mira tío qué tontería. Sólo quería saber si a él también le había sucedido lo mismo, qué pensaba que podía significar, y desde entonces no me habla y me evita a toda costa. Me siento fatal”.
Lo primero que hay que decirle a Pepo es que no sea tan homófobo, que si él tiene clara su tendencia sexual el hecho de que otro hombre le tire los trastos no tiene que verlo como un ataque, sino como un halago que ha de rechazar con respeto. Pero éste no es el caso. Tu sueño no significa que te guste tu compañero de piso, ni que quieras experimentar con él. Su significado, probablemente, se encuentre en la admiración que sientes por tu amigo (así lo demuestran despiertos otros animales de la fauna mundial). Pero también puede tener que ver con algún temor o necesidad reprimida en tu vida real, y que tienes que resolver con Pepo de alguna manera. Respecto a tu ‘ciego’, has vivido un sueño realmente largo, pero sólo es una reacción psicosomática.
domingo, 30 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario