La cuesta del mito

Admitir y aceptar que uno no sabe hacer las cosas es una de las acciones más costosas que tiene la vida. Los hombres, por lo general, tienden a auto engañarse cuando su pareja queda insatisfecha y confiesa que no se lo ha pasado demasiado bien, o que ha tenido un orgasmillo de broma, ya que ante situaciones similares la frase más recurrida suele ser “es normal cariñico, ya sabes que a vosotras os cuesta más llegar al orgasmo más que a nosotros, otro día será”. ¡Mito, más que mito!

¿Acaso se corre un hombre por el simple hecho de que se le coja el instrumento? No, si no se tienen problemas de eyaculación precoz. Al bombo, para que suene, hay que batirle la varilla. En el caso de las mujeres, la penetración no es ni el único ni el principal camino que lleva al placer sexual y al orgasmo. ¿Acaso piensan ellos que tenemos una súper vagina que a todo le dice que sí? Debe ser. Lo normal es que la mujer que le cuesta llegar al clímax tenga un compañero que desconoce la necesidad de estimular el clítoris y/o el conocido como punto G de manera manual para que la excitación sea máxima y poder así, durante la penetración, anunciar nuestra máxima satisfacción.

Este mito no esconde otra cosa que la ignorancia o la vagueza de muchos hombres, perpetuadas por la incomprensible necesidad de muchas mujeres de mentir para no herir al macho que las deja a medio cada noche. Egoísmo y miedo, letal combinación.

Daremos unos datos científicos para los que aún no se lo creen: las mujeres no necesitan más de cuatro minutos para llegar al orgasmo cuando se masturban. Otro: en el Centro californiano de Estudios Sexuales y Maritales de Long Beach ( EE.UU.), han corroborado que mientras un hombre realmente potente puede tener hasta 16 orgasmos en una hora, una mujer de lo más normalita alcanza los 134. No hay truco alguno, sólo un simple saber hacer. Así que a esos hombres que se ofenden cuando se les dice que no lo han hecho tan bien, y a esas mujeres que maltratan al género fingiendo, por favor, disfruten más, experimenten mejor, suban de escalón en la cadena de la evolución.

Publicado en La Opinión de Murcia 17 julio 2011