jueves, 28 de julio de 2011

Niño derecho, niña izquierda

Juan Carlos casi pierde un testículo por culpa de un rumor que, como casi siempre, no tiene ni base ni lógica ni ná. “Mi mujer Isa y yo tenemos cuatro niños. Son unos críos estupendos, muy ruidosos y peleones pero lo normal, lo que corresponde a una tribu de tres, cinco, seis y medio y nueve años.

Como nos lo podemos permitir, decidimos probar por última vez, a ver si por fin les dábamos una niña a la pandilla. Como no quería ‘fallar’, decidí poner en práctica un método que me explicó hace ya unos años un tío mío veterinario como infalible: según él, los espermatozoides del testículo derecho dan niños y del izquierdo dan niñas. ¿Y cómo controlo yo de qué testículo me salen los espermatozoides?, pensé. Y se me ocurrió que haciendo un torniquete sería suficiente. Fue muy doloroso, tanto que acabamos en urgencias. Casi me veo con un testículo menos, pero lograron salvármelo. Yo aún así feliz, porque mi mujer quedó embarazada y según todas las ecografías era una niña. Estábamos alucinados, e incluso recomendé el método a otros amigos que estaban en nuestra misma situación. En vano. El día del parto la verdad salió a la luz: era un niño cuya ‘colita’ había permanecido invisible hasta ese momento. ¿Qué hice mal?”.

Está claro: creer que el sexo se puede elegir sin métodos científicos no infalibles de por medio. Ni la posición de la luna, ni la postura que elijamos para concebir, ni alimento alguno deciden de antemano el sexo del futuro bebé. Hay muchas técnicas ‘fetas a má’ por todo el mundo igualmente ineficaces, como que la mujer sea poseída empapada en agua para que sea niña, o que coma mucha carne para que sea niño, cortesía de las abuelas mexicanas. Todo falso. El sexo de la criatura lo decide el azar, el único que intercede para que un espermatozoide X se junte con el ovario siempre X, y dé niña, o sea un espermatozoide Y quien gane la carrera, en cuyo caso será niño. Todo lo que hagamos para cambiar esto sólo servirá para darme mejores argumentos con los que escribir un nuevo artículo, cosa que se agradece, pues sus locas creencias son la materia prima de mi trabajo.

Publicado en La Opinión de Murcia 14 julio 2011

No hay comentarios: