miércoles, 24 de agosto de 2011

Alergia al sexo (1)

Dicen por ahí que hay personas que le temen tanto al sexo que terminan somatizando sus miedos en extrañas reacciones corporales. Adriana nos cuenta cómo ciertas señales corporales le ayudaron a abrir los ojos ante el que creía el hombre de su vida: “Me tenía cegada, completamente sometida a su voluntad; yo hacía lo que fuera con tal de agradarle”, vamos, que o estás un poco chapada a la antigua o te falta un pelín de amor propio. Pero prosigue:

“Llevábamos tres meses viviendo juntos cuando una noche, al regresar él tarde del trabajo, me dio el típico beso de “hola preciosa, al fin estoy en casa”, y mientras se lavaba los dientes, yo, en la cama, comencé a notar un escozor-calentón en la boca. Cada vez más molesto, doloroso, ¡que me ahogo Luis! Corriendo a urgencias, pinchazo de antihistamínico y un par de horas más tarde a casa. La cosa quedó en anécdota y pruebas antialérgicas. Una semana más tarde, la misma historia. Llegada tarde del trabajo, beso y a urgencias. A la cuarta vez empecé a mosquearme. ¿Será que el subconsciente me está advirtiendo de los cuernos que me pega y que no soy capaz de ver? El caso es que a la quinta me volví sola a casa, preparé sus maletas y se las dejé con la vecina. No he vuelto a verlo, sólo recibí una carta en la que confesaba unos deslices. ¿Será verdad que soy capaz de detectar la infidelidad con un simple beso? ¿Puedo tener unas habilidades mentales híper desarrolladas?”.

Querida Adriana, me confieso un tanto escéptica ante la posibilidad de que tengas en la lengua un detector de mentiras. Me inclino más a una explicación sencilla y científicamente posible: estoy segura de que eres alérgica a algún alimento que tu ex eliminó de su dieta por no incomodarte. Sin embargo, debía ser algo que le gustara realmente, por lo que aprovechaba sus citas para pedir al camarero el presunto alimento alérgico, del que quedarían residuos en su boca. Besito, babita y ¡voilà! Consejo: para el próximo novio que te eches, que se limpie primero bien la boquita antes de compartir fluidos bucales si no ha comido contigo y no estás segura de que no hay ingerido eso que casi te mata. Tu hallazgo cuernil es pura coincidencia.

Publicado en La Opinión de Murcia el 22 de agosto 2011

No hay comentarios: