miércoles, 24 de agosto de 2011

Alergia al sexo (2)

“Fui bendecida con la mejor de las enfermedades”. Olaya es, sin duda, la encarnación de la resiliencia, ya saben, ese término médico-psicológico usado para resumir: el convertir las dificultades, vivencias traumáticas y desgracias en verdaderas oportunidades para ser más felices que nunca, dándole un valor añadido a lo que queda en pie tras el huracán.

Olaya, sin más dilación, es alérgica al semen. Sí, para aquellos y aquellas que pensaban que lo peor que podía hacer el semen eran embarazos no deseados, ahí va una realidad poco conocida, ya que sólo el cinco por ciento de las mujeres en todo el mundo lo sufren, y muchas no son diagnosticadas por confundirlas con una enfermedad de transmisión sexual tipo hongos.

El caso es que nuestra positivista lectora afirma que “durante cuatro años, desde que comencé a tener relaciones sexuales con hombres, sufría de unos terribles picores y ardores vaginales a los diez o quince minutos después de que se corrieran en mi vagina, e incluso si eyaculaban fuera (en mi barriga, lo que a muchos pone a mil, no sé por qué) la zona que entraba en contacto con el semen se me irritaba como si me hubiese caído aceite hirviendo. Me diagnosticaron alergia a la proteína que secreta la próstata, y ninguno de mis compañeros sentimentales tuvo la paciencia ni la delicadeza de ayudarme, ¡hartos de usar condón! La gota, o el chorro que colmó el vaso llegó de la herramienta de un capullo que sabiendo de mis males, no me avisó y eyaculó mientras le practicaba sexo oral; casi me muero ahogada por la hinchazón”.

Deprimida, dejé de salir durante meses, hasta que una amiga me convenció para acompañarla una fiesta de cumpleaños, en la que la festejada era lesbiana. Claro, eso estaba lleno de come bollos, y casi todas eran preciosas, muy femeninas, muy alejadas de mi idea de tortillera machorra. Y entre todas aquellas faldas y tiros sexys estaba Adeline, quien, resumiendo, me ha descubierto un nuevo mundo de pasión, sexo alucinantemente placentero y mucho respeto”.

Es una manera de verlo, sin duda. Otras afectadas no estarán tan agradecidas por esta alergia producida también por compuestos del semen derivados de la dieta. Y la cosa va a más: hay hombres que también la sufren. Pero de esto hablaremos mañana.


Publicado en La Opinión de Murcia el 23 de agosto 2011

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