Caer en falsas soluciones en esta búsqueda por aumentar (o encontrar) de forma artificial nuestro extraviado deseo sexual es muy fácil. Cuando esa pastillita azul llamada Viagra ingresó en el mercado farmacológico, corrieron por la red grandes bulos sobre sus poderes afrodisíacos, cuando en verdad lo que este medicamento combate no es la ausencia de ganas, sino la falta de rigidez en penes con dificultades físicas para tornarse eréctiles.
Sin embargo, son muchos los hombres jóvenes y llenos de salud que para quedar como un campeón o porque tienen una pareja que no se cansa ni debajo del agua, terminan en la sala de urgencias porque llevan horas, si no días, con el miembro viril tieso. Y con suerte, pues alguno llega ya necrosado y sale del hospital convertido en un verdadero eunuco. Cuando uno se mete a la cama no ha de hacerlo con expectativas, sino con su pareja y punto.
Nos lo tragamos todo. Literalmente. Ya saben que en el refranero popular se encuentra el dicho “de lo que se come se cría”. Es verdad que si ingerimos más grasa de la que quemamos se nos infla el flotador, pero de ahí a pretender que por comer criadillas de toro de lidia, pene de ballena, testículos de rinoceronte o, como en la antigua Grecia, pelo de cola de lobo vivo, el hombre va a aguantar más y mejor dándole gusto a su señora… es más que ridículo. Si está usted cansado, déjelo para mañana, y si ha conseguido dos buenos orgasmos, deje algunos para el resto de la semana. Tampoco sobrevalore su pene, pues por muy duro, grueso, largo y erecto que sea, por mucho tiempo que aguante en posición de combate, si no sabe usted manejarlo se quedará como la barca de Remedios Amaya, sin nadie que lo maneje.
Nada, no hay manera de meternos en la cabeza que el sexo es mucho más que orgasmos y erecciones. La falta de pasión no se suple con potingues, sino con acciones, que para eso tenemos dos manitas y una cabeza pensante. Si a la parienta o al maromo no les apetece, nada de colarles bilis de chacal ni leche de burra. Cariñitos, insinuaciones, juegos y manos es más efectivo, sano y respetuoso con la fauna.
Publicado en La Opinión de Murcia 31 julio 2011
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