viernes, 26 de agosto de 2011

El ciclo de la controversia

Volvemos con el tema de la menstruación ante la insistencia de una lectora que asegura haber tenido un profesor que no dejaba a las menstruantes ponerse en primera fila, “decía que olían asquerosamente mal, que el olor a regla le revolvía las tripas; lo mejor de todo es que a más de una la obligó a ponerse al final del aula, tuviera o no de veras la menstruación. Prácticamente todas pasábamos por el aro por inconscientes pipiolas muertas de miedo a no aprobar su asignatura en la vida. He reflexionado mucho sobre esta injusta crueldad con la que nos trataba aquel señor, y sigo sin entenderlo. Todo el mundo decía que era homosexual, así pues… ¿qué más le daba la regla si no tenía mujer con la que compartirla?”.

Bueno, yo no sé las razones de este hombre para horrorizarse por algo naturalmente necesario para perpetuar la especie humana. Peor lo tenemos nosotras que hemos de pasarla mes a mes. Todo apunta a algún tipo de trauma, pues si nos pusiéramos nosotras a protestar por las miradas-repaso-baboseo que muchos hombres nos profesan por la calle sin disimular lo más mínimo, nos tildarían de locas.

Ya hemos hablado de mitos sobre las menstruantes, sobre supuestas actividades que no pueden realizar mientras se les desprende el endometrio. Unas vienen de muy lejos y son para partirse la caja, como la convicción de Alberto Magno de que las mujeres con regla desprendía por los ojos un vapor mortal; o Plinio, que aseguraba que en esos días la mujer podía provocar la esterilización de las semillas o la paralización y muerte de las abejas. En aquella época la ignorancia por una Ciencia en pañales les podía excusar. Hoy hay poca disculpa para quienes siguen creyendo que una mujer menstruante va dejando muerte y destrucción por donde pasa. Y en cuanto al olor, una buena higiene lo neutraliza. Ya tiene que estar la cosa muy pastosa y macerada para que se note.

Existen también mujeres que se sienten horrorizadas ante su menstruación, esto es así. Sólo si hay un problema de identidad sexual lo entiendo. Un gran porcentaje de la parte hetero la niegan y tratan de evitarla con métodos tan quiméricos como el de la ducha fría, que lo único que hará será retrasar la finalización del ciclo.

Publicado en La Oponión de Murcia el 26 de agosto 2011

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