sábado, 20 de agosto de 2011

Limpieza asesina

Ya lo decían los alemanes: el exceso de limpieza es malo para la salud y el ecosistema, en especial esa manía de usar bactericidas en casa, impidiendo a los nenes hacerse con una capacidad inmunológica como dios manda.

Matar a todo bicho viviente a nuestro alrededor es casi tan perjudicial como acabar con los que llevamos en portabilidad con nosotros vayamos donde vayamos, sea cual sea nuestra compañía de telefonía móvil.

Sara nos describe un claro ejemplo a no seguir si queremos evitar una infección llevada a cabo por bacterias que con mucha vista aprovechan que está el terreno libre de toda defensa para acampar y provocar destrozos, daños y malos olores a sus anchas. Nuestra lectora escuchó a una amiga afirmar que cada mañana y cada noche se realizaba una ducha vaginal, que no es otra cosa que enchufarse en esta parte del cuerpo femenino chorros de agua, aunque hay algunas que no se lo piensan a la hora de meterse un ‘chufletazo’ de vinagre o bicarbonato. “Según mi amiga, es el método más seguro para evitar quedarse embarazada, así como para limpiarse bien la vagina después de tener la regla y que además evita enfermedades de transmisión sexual”. De modo que nuestra querida Sara no ha dudado en seguir los horrorosos consejos de su amiga y ahora tiene una infección de hongos que si fueran comestibles la habrían retirado a ella y a toda su familia a una vida de armoniosa riqueza.

Falso, mito, ¡olvídalo! Verás, criatura del campo silvestre, la vagina funciona como los hornos Fagor, que se limpian solos sin ayuda de esponjas que los rayen. La vagina produce unas secreciones que pueden parecerte desagradables pero que en verdad están haciendo un trabajo de limpieza insuperable por ningún producto externo a esta cavidad. Además, conviven en la cueva gérmenes que juegan en nuestro bando. La cosa se pone aún más seria si tenemos en cuenta que tanta pulcritud puede traer consecuencias tan graves como la infertilidad y daños al feto. Así que con un ‘lavaico’ al día y por la zona externo-genital de tu cuerpo es más que suficiente para mantener una buena higiene. Y si esto no te alivia, acude al psicólogo para que te ayude a superar esa absurda neura por la pulcritud.


Publicado en La Opinión de Murcia el 20 de agosto 2011

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