sábado, 13 de agosto de 2011

Manteros del sexo

Hay que tratar de ser original, sin confundir este término con el de la invención ‘pascaliana’. En las formas del sexo todo está inventado ya, con sus múltiples variaciones, colores y sabores. Buscar posturas, bien. Probar el masaje hacia el otro lado, bien. Proponer mudar los roles, bien. Tratar de imitar al pelo una peli porno, ¡fatal! Así es como vas a quedar, pues no hay nada más patético que un mal reproductor de historias del ‘Club de la Comedia’.

Todavía hay personas convencidas de que la vida real es lo que se graba en los estudios de Vivid Entertainment. No estamos criticando un juego erótico en el que la pareja decida jugar a la aspirante que debe pasar el control de calidad del productor para poder protagonizar una cinta X, o que ambos se imaginen ante la cámara de Charlie Sheen. Esto puede ser súper excitante, sí.

Lo que no tiene perdón del Universo es querer sorprender a la parienta haciéndose pasar por Nacho Vidal así sin ton ni son, sin avisar. Será carcajada segura o desastre al completo. Lorenzo se confiesa: “tengo una buena herramienta que pruebo en cantidad de mujeres, y a pesar de mi enorme mando no hay manera de repetir programa. Mi modus operandi: las llevo a mi cuarto, mientras se desnudan voy al baño a ponérmela a punto, y ya en la cama un poco de saliva para lubricar y les muestro cómo soy capaz de mover la cintura por treinta minutos ininterrumpidos”. Uf, qué hastío.

Vamos a ver, almas de cántaro, las pelis porno están pensadas en un noventa por ciento para excitar a los hombres, así que quedarse media hora entra y saca sin más aburre a cualquiera, y hasta provoca quemazón. Las mujeres, por suerte o por desgracia, disfrutamos mucho de la penetración, pero aún más de todo lo que va antes y después. Y en eso las pelis porno no se detienen, pues su función no es educar, sino excitar, poner a mil al caballero que las mira. A ver, a nosotras también nos calienta los motores, pero Dios nos otorgó la complicada excitación neuronal de la que se ocupan un bajo porcentaje de la industria. Usad las pelis porno para lo que son, para excitaros, pero no como manual de instrucciones. Gracias.

Publicado en La Opinión de Murcia el 13 de agosto 2011

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